Reseña Historica

Hace 85 años, en Santiago de Surco – un 15 de mayo de 1934; Doña Griselda Guizado Gironda, dio inicio a un pequeño negocio, que con el tiempo se convertiría en una prestigiosa fábrica de sabrosos tamales, tan tradicionales en nuestra capital, como en nuestro país.

 

 

Desde este comienzo, hubo una característica peculiar en estos tamales; ellos no se vendían localmente en Santiago de Surco, sino, mas bien, en los lugares tradicionales de Lima; principalmente en la calle Zavala, en los alrededores del Mercado Central, así como en el parque universitario y en la antigua Plaza de la Inquisición, donde hoy se sitúa el Congreso de la República.

 

 

Doña Griselda, quien no imagino cuanto crecería este negocio, lo desarrollaba conjuntamente con sus hijas Julia y Alicia, manteniendo así sus actividades en situación informal por más de 30 años.

 

 

Pasado este tiempo Doña Julia Guizado contrae matrimonio y es la señorita Alicia Guizado, la otra hija, quien toma las riendas del pequeño negocio, Doña Alicia, soltera, visionaria y muy dueña de un espíritu comercial y emprendedor, se propone no solamente a formalizar el negocio sino a hacerlo crecer de manera decidida.

Para ello toma muestras de su producción diaria, y las distribuye en calidad de prueba a las tiendas y bodegas de prestigio de aquella época, cuyo propietarios eran principalmente italianos, Es así como los Tamales de Alicia Guizado llegan a las tiendas “Tubino”, “Solari”, “Rovegno” y las bodegas “Cuneo” logrando aceptación en este mercado tan exigente.

 

 

Este resultado era esperado por Doña Alicia, pues su carta de presentación, siempre fue la buena calidad de sus sabrosos tamales. Ella prefería sacrificar su margen de ganancia, antes que vender un producto regular o de mala calidad. Esta premisa de exigencia era regla ineludible en su negocio, sobre el cual tuvo un celo constante.

 

 

Los esfuerzos de Doña Alicia Guizado, van encontrando fruto y a inicios de la década de los 60, toma contacto con las tiendas “Todos”, de propiedad del potentado Rockefeller, gerenciadas por un señor de apellido Tay, secundados por los mexicanos Torres y por otros ejecutivos dominicanos, portorriqueños y hondureños. Rápidamente se incrementa la demanda de los tamales de Doña Alicia, llegando a producir 1500 humitas por semana, de las cuales 1000 eran dulce y 500 saladas.

 

 

En la década de los 70, tras el golpe militar, las Tiendas “Todos” pasan a propiedad de la familia Izaga, manteniendo a Doña Alicia como firme proveedor. Se abren las tiendas “Galax”, y la demanda de los tamales sigue aumentando, teniendo que elevar la producción a 6000 unidades por semana.

 

 

 

El Inicio de una gran sociedad

 

 

Alrededor de 1972 y 1973, continua el abastecimiento a la exigente clientela, entre las que se encontraba la bodega “Mariátegui”, en San Isidro, cuyo dueño de origen oriental era compadre de Don Erasmo Wong. Es en esta bodega donde Don Erasmo prueba los tamales de Doña Alicia, solicitando para su bodega de la calle 2 de Mayo, del mismo distrito, un primer pedido de 10 tamales de pollo y 5 de chancho. Cumplido el primer mes, los pedidos de Don Erasmo ya eran de 50 Tamales de Pollo y 50 Tamales de chancho, por semana.

 

 

A los 3 o 4 años la bodega de Don Erasmo Wong, crece y se convierte en una gran tienda con la modalidad de autoservicio, creciendo también sus pedidos semanales a 300 tamales de pollo y 200 tamales de chancho. Las tiendas Wong se convierten en una prestigiosa cadena de supermercados y con la apertura de sus sucursales del Ovalo Gutiérrez y Benavides, la demanda de los tamales se eleva a 550 tamales por semana para cada tienda.              

 

 

 

La Sucesión de Doña Alicia Guizado – 1989:

 

 

La salud de Alicia Guizado empieza a quebrantarse viendo conveniente delegar funciones, para ello llama a su principal y permanente colaborador, (ya no tenía hijos) su sobrino Pedro Montjoy Guizado, hijo de su ya fallecida hermana Julia, y lo pone al frente del negocio. Las tiendas Todos, Galax y Monterrey, se vienen a menos, pero ello no altera la demanda de los tamales de Doña Alicia, manteniéndose como firme proveedor hasta la fecha del cierre definitivo de estas tiendas.

 

 

Con Pedro Montjoy al frente del negocio, el objetivo va cambiando: mantener el prestigio alcanzado por su tía Alicia, y si es posible superarlo.

El crecimiento de los supermercados Wong es incontenible, se abren nuevas sucursales, también aparecen los Hipermercados Metro, de los mismo dueño, y de la mano con ello la demanda de los tamales de Don Pedro Montjoy, ahora bajo la razón social de Grupo Montjoy Guizado E.I.R.L.

 

 

La confianza depositada por Don Erasmo Wong en los tamales de Don Pedro, esta respaldada por los más de 35 años que se mantiene como proveedor. Como resultado de esta confianza, Wong vende estos tamales en sus tiendas, bajo el nombre de “Tamales de la Casa” termino que expresa el nivel alcanzado y que se ha mantenido durante más de tres décadas.

 

 

 

Logros Alcanzados:

 

 

Actualmente Corporación Montjoy Guizado S.A.C. atiende a las principales cadenas de supermercados del Perú, El nivel de producción llega ahora a 8, 500 tamales semanales en la estación de verano y 11,000 en la estación de invierno.

 

 

Este avance le ha permitido también llevar anteriormente su producto refrigerado a lugares remotos como campamentos mineros, mediante Sodexo.

 

 

Así mismo, mantienen clientes hasta de 50 años, como es el caso de las Pastelerías San Antonio.

 

 

Desde el tiempo de Doña Alicia Guizado existió un esmerado y celoso cuidado tanto de insumos como en la preparación, lo cual se ha mantenido con el pasar del tiempo.

 

 

En la actualidad la Corporación Montjoy Guizado es un claro ejemplo de perseverancia,  esfuerzo y ganas de salir adelante, Hoy Don Pedro Montjoy no está solo en el negocio, pues trabaja al lado de sus hijos Jesús y Paola , y fruto de este trabajo en equipo lanzaron en el 2017 la marca “RECUTECU” de Corporación Montjoy, comercializando a parte de los tamales criollos , el tamal empacado al vacio” para exportación, el cual tiene 1 año de duración “sin refrigeración” que promete desde ya llenar ese nicho en el mercado extranjero, conformado por aquellos peruanos, que se encuentran lejos de su Patria, pero que añoran ese incomparable sabor peruano.